La seguridad alimentaria en El Salvador ha sido suplida con una mayor importación de alimentos. Ello ha resultado en el deterioro del campo salvadoreño, y una creciente alsa en el costo de la Canasta Básica Alimentaria. La situación es más crítica en el área rural del país, donde los salarios no alcanzan para suplir los alimentos necesarios para la subsistencia de los hogares. Por tanto, la seguridad alimentaria sigue siendo una tarea pendiente.
Si bien es
cierto, el Programa de Gobierno, presentado durante la campaña política por el
entonces candidato a la presidencia Mauricio Funes, incluye un apartado claro
sobre una “política de rescate agropecuario, soberanía y seguridad
alimentaria”, esta podría quedar en entre dicho, si se mantienen los actuales
Tratados de Libre Comercio con los EE.UU o si se suscriben los que actualmente
están en negociación con la Unión Europea, ya que estos supedita la soberanía
alimentaria a lo pactado en dichos acuerdos, facilitando más la importación de
alimentos, en muchos casos con fuertes subsidios directos o indirectos y, que
deja en clara desventaja a los productores locales, manteniendo la fuerte
dependencia con otros países para alimentar a la nación salvadoreña.
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